Yace aquí la evolución de quien he sido a quien soy.
El reflejo de quien fui, la proyección de quien creo ser.

6.04.2012

Epitafio de un amor desdichado.

Yo ya no creo en las palabras,
en las palabras de nosotros los hombres,
seres de raza débil, a los que nos encanta mentir.
A final de cuentas, son solo palabras.

Y las palabras se las lleva el viento,
como a las cenizas de un amor,
que un día dejamos caer en medio del mar.
Las cenizas, el amor, también se lo llevó el viento, por ser solo palabras.

Podría enseñarte a amar,
pero no lo haré.
Esta vez,
soy yo quién necesita ser rescatada.

Esta vez soy yo
quien necesita que le pongan todo en las manos
y no tener que hacer mas que sonreír
para hacerle la vida a alguien mas.

Ojalá todo fuera así de fácil.
Ojalá pudiera tener de vuelta todo lo que he dado,
lo que merezco, o tal vez siempre merecí todo esto.
Aunque sigo sin entender que hago mal.

Pero yo ya no creo en las palabras,
ni en el karma, ni en vos, ni en nosotros,
ni siquiera sé si aún creo en mí.
Yo solo creo en hechos.

Porque las palabras se las lleva el viento,
y vos nunca llegaste a escuchar las mías.
Porque las cenizas se esparcieron por el mar,
y se me olvidó todo lo que alguna vez te dije.


Porque mis palabras se las llevó el viento,
y las tuyas también,
y yo nunca llegué a escuchar las tuyas,
ni siquiera sé si alguna vez las llegaste a decir.

Yo ya no quiero que vos me rescates,
ni que me veas a los ojos,
ni que me volvas a hundir en ese abismo,
yo solo quiero que tus cenizas se las lleve el viento.

Desaparecer la imagen fija de tus ojos perdidos en los míos,
escaparme de ese verde abismo.
Y no volver a recordar que alguna vez
mis labios se juntaron con los tuyos.

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