Yace aquí la evolución de quien he sido a quien soy.
El reflejo de quien fui, la proyección de quien creo ser.

5.12.2016

Pienso

Me dijeron que escribiera. Yo ya lo hacía. Hace unos 6 años que comencé. 
Cuando pienso en usted y su sonrisa y su voz, no siento nada. No he comprendido nunca qué sea lo que me hace falta. Me molestaba su manera de comer. La manera en que pronunciaba ciertas palabras. A veces me encontraba a mí misma, desnuda, a su lado, pensando. Dialogaba conmigo misma acerca de cómo usted no había cambiado nada. De la manera en que mi alma no era ni más ni menos sin importar cuántos orgasmos tuviera. El recuerdo de sus labios es insípido. Realmente fueron pocas las veces que los saboreé. Quizá demasiadas. 

Fluye en mí el deseo de sentirme acompañada. Muchas veces concluía en que había un problema conmigo. En que mi sonrisa no era suficientemente encantadora. Mi mirada no era lo suficientemente profunda. Mi cuerpo lo suficientemente deseable. Usted me hizo concluir que quizá mi corazón no latía lo suficientemente fuerte. Que quizá nunca iba a merecer algún humano de tez hermosa. Pues sí, mis pensamientos son superficiales. No solo me importa que me amen. Quiero un cuerpo que me inspire besarle la clavícula. Quiero una boca que me evoque hambre y no solo conversación.