que a los demonios
les atraen los pies fríos
y los pensamientos encerrados.
Que mas dá si
son tu café, libreta y lapicero
los únicos en tu mesa.
Andá, salí de tus paredes.
Abrí la puerta,
abrí tu mente.
Que mas dá si
son tu café, libreta y lapicero
los únicos que te sostienen
de las manos, tibias, al menos.
Una tarde en la cafetería del Teatro Nacional de Costa Rica.
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