Y un día pasó, lo inexplicable encontró explicación, las preguntas encontraron respuestas, los números se acabaron,
Y ella preguntó: -Por qué sigo aquí? Acaso no llega todo a su final, no es la hora de morir ya?
Y él contestó: -Aún no es tu hora, quedan problemas por resolver, preguntas por preguntar y números por inventar…
-Pero nunca fui buena en matemática contestó ella.
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